La diabetes es una enfermedad crónica, muy frecuente y se presenta en el 6% de la población. Se caracteriza por la elevación de la glucosa en la sangre. Hay dos tipos de diabetes: Tipo I, llamada infanto juvenil y la Tipo II o del adulto.
Características | DBT TIPO I (10% de los diabéticos) | DBT TIPO II (90% de los diabéticos) |
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Edad de comienzo | En niños y jóvenes | En adultos mayores de 40 años |
Síntomas | Sintomatología de aparición rápida | Síntomas de aparición lenta y progresiva |
Insulina | El organismo no la produce | La producción está disminuida |
Contextura física | Individuos delgados | Con exceso de peso generalmente |
Tratamiento | Siempre con insulina | Antidiabéticos orales. A veces insulina |
La diabetes es una enfermedad no curable, pero su detección temprana y control permiten prevenir sus complicaciones y desarrollar una vida plena y productiva. Si el diagnóstico no es temprano o no se la controla es grave. El aumento de azúcar en la sangre, glucosa, lesiona los vasos arteriales y progresivamente altera órganos y funciones. A nivel ocular produce lesiones en la retina que progresan a la ceguera. Afecta el funcionamiento renal, llevando a un nivel de insuficiencia que puede requerir diálisis, aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular y dos de cada tres amputaciones de miembros inferiores son debidas a la diabetes.
El riesgo de adquirir la diabetes del adulto (a partir generalmente de los 40 años) aumenta con las siguientes características: antecedentes familiares de la enfermedad, exceso de peso, hipertensión arterial, sedentarismo, colesterol elevado en sangre, mujeres que han tenido diabetes gestacional o hijos de más de 4000 gramos.
Con un control clínico periódico, en especial si se es portador de algunos de los factores de riesgo antes mencionados.
Usted es responsable de evitar el progreso de la enfermedad y disfrutar así de una vida plena y productiva.